Hay días en los que te despiertas con mono de dulce ¿verdad? Así que para que no nos pille desprevenidos, ¿qué mejor idea que preparar algo rico y saludable que puedas tener en el frigo o en el congelador y sacarlo cuando te pique el gusanillo? Mi propuesta de hoy está para chuparse los dedos, se trata de una tarta vegana sin horneado con una base de dátiles y pecanas, un relleno de plátano y anacardos con frambuesas deshidratadas y una cobertura con extra de chocolate…ñaaaaam!
El sabor es una auténtica fiesta y la elaboración muy sencilla. Aunque una anotación, es muy sana porque todos los ingredientes son naturales y van en crudo (a excepción del chocolate derretido y las frambuesas deshidratadas) pero el aporte calórico es bastante elevado, así que te recomiendo que te la vayas zampando en pequeñas cantidades y en horas más bien tempranas, ya que así quemarás las calorías y te aportará un super extra de energía si vas, por ejemplo, a realizar alguna actividad física.
Déjala cortadita en porciones en la nevera durante 4-5 días o, si quieres que te dure más, puedes guardarla en el congelador e ir sacando las porciones cuando te apetezca, bastará con sacarlas 15-20 minutos antes de su consumición.
INGREDIENTES PARA LA BASE
- 6 dátiles medjool
- 100 gr de nueces pecanas
- 1/2 cucharadita de aceite de coco virgen orgánico
- 100 gr de harina de almendra
1. Para obtener la base debemos mezclar en la procesadora todos los ingredientes hasta conseguir una pasta densa y moldeable.
2. Colocamos esta pasta sobre un papel vegetal y amasamos hasta conseguir un rectángulo del tamaño de un din-A5 aprox con una altura de un cm.
3. Refrigeramos en el congelador durante 20 minutos para que coja cuerpo y reservamos.
INGREDIENTES PARA EL RELLENO
- 2 plátanos maduros
- 80 gr de almendras laminadas
- 150 gr de anacardos crudos (previamente hidratados en agua muy caliente durante 1 hora)
- 1 cucharadita de vainilla en polvo orgánica
- 100 gr de mezcla de frutos secos crudos (pistachos, almendras, pecanas y almendra laminada)
- 150 gr de frambuesas deshidratadas.
1. Para obtener el relleno vamos a batir todos los ingredientes en el vaso de la batidora. Es importante que hidratemos previamente los anacardos para que estén tiernos, no olvides enjuagarlos muy bien después para eliminar cualquier tipo de impureza.
2. A la masa resultante le vamos a dar una forma los más parecida posible a la de la base, colocamos encima los frutos secos picados, presionando un poco con las manos para que queden bien adheridos y la refrigeramos también al menos 30 minutos.
3. Si no dispones de frambuesas deshidratadas puedes secarlas tú mismo comprando frambuesas frescas y horneándolas a 50º entre 1-2 horas o hacerlo en deshidratadora.
INGREDIENTES PARA LA COBERTURA
- 100 gr de chocolate puro sin azúcar
- 2- cucharaditas de agua
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 1 cucharadita de jengibre en polvo
- cacao raw en polvo para decorar
1. Derretimos el chocolate al baño María, vamos añadiendo el agua caliente si queda excesivamente espeso y las especias. Removemos bien y listo.
MONTAJE Y BOLITAS CRUDIVEGANAS
1. Para montar nuestra tarta debemos colocar la capa de relleno sobre la capa base (con los frutos secos entre medias). Como yo soy un poco desastre no me quedaron las capas exactamente iguales, así que corté los bordes con un cuchillo bien afilado y con las sobras hice otro apaño que te explico más abajo.
2. Colocamos las dos capas montadas sobre papel vegetal dentro de un molde. Decoramos con frambuesas y seguidamente añadimos una capa generosa de chocolate especiado.
3. Espolvoreamos cacao raw y llevamos al congelador hasta que el chocolate solidifique.
4. Sacamos del congelador, cortamos en porciones y servimos fría.
Y con el sobrante de los cortes para la tarta me he marcado una receta “extra” super fácil: unas bolitas crudiveganas.
Sólo debes mezclar todo el sobrante, cortarlo en porciones iguales, hacer bolitas con las manos bien limpias y rebozarlas en cacao raw, harina de almendra y almendras laminadas (puedes rebozarlas también con coco rallado, matcha, maki berry, crocanti de avellanas o cualquier otra cosa que se te ocurra!). Mételas en el congelador en algún recipiente hermético y sácalas 5-10 minutos antes de cada consumición.
